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Bandeja de salida

La columna de J.J. Jinks: La crisis de Iquique y el drama de la violencia para resolver diferencias

La columna de J.J. Jinks: La crisis de Iquique y el drama de la violencia para resolver diferencias

"La ausencia del Estado hace que los hombres busquen resolver sus problemas y angustias con sus propias manos, y cuando eso ocurre se pueden ver escenas de espanto como las de Iquique", escribe el columnista anónimo.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 2 de octubre de 2021 a las 21:00
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Las columnas con citas a filósofos y pensadores son, sin duda, patrimonio del Rector y ni en mi noche más afiebrada pretendería competirle en ese plano (en verdad en ninguno, porque el tipo es un fuera de serie).

Sin embargo, en los aciagos tiempos que corren cuesta no pensar en el Leviatán, es ahí donde Hobbes señala que en ausencia de instituciones políticas la humanidad tenderá al permanente enfrentamiento.

La característica fundamental del ser humano en el estado de naturaleza es, según Hobbes, el egoísmo, y dado que no está sometido a ninguna clase de restricción legal, se impone el derecho del más fuerte, de forma que todo hombre es un enemigo para cualquier otro: el hombre es un lobo para el hombre (homo homini lupus) ¿Cómo estuve, don Carlos?

La semana partió con la barbarie de una muchedumbre quemando las pocas pertenencias de un grupo de inmigrantes venezolanos en Iquique. Una imagen desoladora, pues en ella confluían varias desgracias a la vez.

El drama de aquellos que han tenido que escapar de la dictadura comunista de Nicolás Maduro, dejando atrás su tierra para buscar sustento para ellos y sus familias. “¡Aguante Maduro, carajo!” tuiteaba hace algunos años Gabriel Boric, el más probable próximo presidente de Chile.

El drama de la inmigración sin control alguno que ha alterado en forma importante la vida de muchos compatriotas, dañando tanto a los inmigrantes como a quienes les toca convivir a diario con gente que vive en la extrema pobreza y en la desesperación.

Y el drama de la violencia como método para resolver diferencias. ¿Cómo llegamos a esto? se preguntaban con candidez connotadas figuras del progresismo nacional, olvidando los incendios y daños a la propiedad privada constantes que han ocurrido a partir de octubre del 2019.

La ausencia del Estado hace que los hombres busquen resolver sus problemas y angustias con sus propias manos, y cuando eso ocurre se pueden ver escenas de espanto como las vistas en Iquique.

Por 96 votos a 54 se aprobó en la Convención Constituyente el artículo del reglamento que establece el quorum de dos tercios para las disposiciones constitucionales. Hay varios que celebraron esto como una buena noticia, pero creo que lo que corresponde a un análisis adecuado de la realidad es ver el vaso dos tercios vacío.

Se termina por aprobar algo que era de la esencia del acuerdo político que terminó en el cambio constitucional, es decir hay un grupo importante de convencionales liderados por el inefable Partido Comunista que no tienen ningún tapujo en pasar por arriba de la propia Constitución, la votación de los chilenos y si no tenemos miedo a ser ingenuos, la palabra empeñada.

Nadie puede acusar sorpresa de que sea así, pero no por ello es mejor noticia. Aún peor es el hecho de que hayan logrado articular más de un tercio para oponerse a lo que parecía ser un consenso mínimo.

Está por verse si ese mismo grupo de convencionales se articula para vetar materias relevantes en la Constitución que está próxima a escribirse. Contra lo pensado inicialmente, puede terminar siendo mucho peor a no tener veto en la Convención el hecho de que el PC y sus aliados lo tengan. Es la hora del lobo. 

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